Información de Proceso.
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La agencia calificadora Fitch Ratings reconoció el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador en las encuestas rumbo a las próximas elecciones presidenciales, y aseguró que, de ganar el candidato de la coalición “Juntos haremos historia”, integrada por Morena, PT y PES, se “podría marcar una desviación de las políticas”.
En un análisis titulado “Resiliencia económica y fiscal de México será puesta a prueba en 2018”, la calificadora con sede Nueva York señaló:
“La elección general en julio de 2018 podría agregar incertidumbre política en el largo plazo. López Obrador, candidato con inclinación izquierdista, continúa liderando las encuestas de opinión para la Presidencia, aunque Ricardo Anaya, del Partido Acción Nacional, ha comenzado a subir en las mismas”.
Sin mencionar al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade, Fitch explicó que una administración con López Obrador al mando podría marcar una desviación en las políticas, por ejemplo, al influenciar el ritmo de la implementación de las reformas en los sectores clave, o bien, al redireccionar las prioridades en cuanto al gasto público.
Sin embargo, matizó, dado que es probable que AMLO se enfrente a un Congreso predominantemente de oposición, así como a otros controles y contrapesos institucionales, cualquier reorientación política mayor podría tardar en desarrollarse.
Crecimiento con riesgos
En el plano económico, la agencia adelantó que, a pesar de que se espera que la tendencia del crecimiento de México permanezca estable en 2018, prevalecen los riesgos que impiden una aceleración significativa en el aumento del Producto Interno Bruto (PIB).
Entre ellos, destacó que el alza en el crecimiento por la reducción de la inflación, así como la demanda externa robusta, principalmente proveniente de Estados Unidos, son contrarrestados por la inversión debilitada a causa de las preocupaciones referentes al futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las elecciones de 2018, aunado a la política monetaria cada vez más estricta.
Para Fitch Ratings, las renegociaciones del TLCAN no afectarán significativamente la relación comercial entre Estados Unidos y México, además de que sería poco probable que un acuerdo eventual deteriorara de forma importante la competitividad exportadora de México, aun considerando cambios potenciales en el tratado.
No obstante, acotó, un proceso de negociación prolongado todavía podría afectar la inversión y el crecimiento en el corto plazo.
Reconoce consolidación fiscal
En el balance económico del país en el último año, la calificadora señaló que, pese a numerosos shocks, México mantuvo un ritmo moderado de crecimiento económico y consolidación fiscal en 2017.
La información fiscal y macroeconómica de México al cuarto trimestre de 2017 (4T17) estuvo acorde con las expectativas de Fitch, respecto a la continuación de un crecimiento moderado y mejoras en las cuentas fiscales y externas.
“El crecimiento se volvió a acelerar después de caer por debajo de 2.0% en el 3T17, gracias al aumento en los precios del petróleo, exportaciones manufactureras sólidas y la recuperación después de los terremotos”, recordó.
De manera similar, las cuentas externas mostraron resiliencia, con un aumento de 9.5% en las exportaciones y el superávit registrado en la balanza comercial no petrolera.
Fitch aumentó la Perspectiva de México a Estable desde Negativa en agosto de 2017, y afirmó su calificación de “BBB+”, considerando que la carga de la deuda pública alcanzó su punto máximo y que, a partir de ahí, comenzaría a descender, a la vez que el gobierno completara su proceso de consolidación fiscal.
Para la agencia calificadora, los resultados a 2017 reflejan que el gobierno ha seguido logrando sus objetivos de consolidación fiscal, a pesar del shock en los ingresos provenientes del petróleo y del crecimiento moderado.
“De manera notable, el sector público anunció su primer superávit primario desde 2008 y su carga de deuda en general bajó durante 2017, lo cual reafirma que México se apega a sus metas de consolidación fiscal a mediano plazo”, destacó.
El déficit, un desafío
De hecho, aseguró que el gobierno de Enrique Peña Nieto superó sus objetivos fiscales de 2017, lo que refleja en parte la transferencia sustancial del superávit operativo del banco central de 321.7 millones de millones a la Tesorería de la Federación.
No obstante, aun al excluir dicha transferencia, el gobierno superó sus objetivos fiscales.
Los Requerimientos Financieros del Sector Público, una cuestión clave para el gobierno mexicano, alcanzaron 1.1% del producto interno bruto (PIB), incluyendo la trasferencia del banco central, y 2.6% del PIB, excluyendo la misma.
Estos niveles fueron inferiores a la meta de 2.9% del PIB para 2017. Además, el gobierno utilizó de manera prudente los recursos del banco central para recomprar deuda y reducir los préstamos en los mercados locales y externos, así como para incrementar los depósitos en los fondos de estabilización.
De esta forma, Fitch espera que el gobierno alcance sus objetivos de déficit fiscal para 2018, lo que marcaría el fin del ciclo de consolidación fiscal bajo la administración actual. Sin embargo, un crecimiento más débil que el esperado, así como el período electoral, son factores que representarían riesgos.