En El Quemado, comunidad de Atoyac de Álvarez, compartimos los recuerdos de una lucha que aún no termina. Aquí dejo mi compromiso y mi corazón como hija de un gran luchador social que perdió su vida por defender los derechos de los más desprotegidos, y con toda seguridad les digo que juntos lograremos esa justicia y reparación del daño a todas las víctimas de la guerra sucia.. ¡El 18 de Mayo no se olvida!

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